Recomendamos almacenar las galletas en un contenedor con tapa a temperatura ambiente, duran hasta una semana en perfectas condiciones. Para conservar la consistencia y el sabor de manera óptima, recomendamos congelar las galletas que no se vayan a consumir de manera inmediata. Cuando desees consumirlas, calienta tus galletas en el horno a 350ºF de 5 a 10 minutos.